lunes, noviembre 30, 2009

Te quiero.



Hoy, a miles de kilómetros de donde te conocí; te quiero.
Hoy, hablando un idioma diferente a los dos que tú sabías; te quiero.
Hoy, a casi diez años de distancia de tus besos; te quiero.
Hoy, leyendo las palabras tiernas que me dedicabas; te quiero.
Hoy, empezando de cero con tu historia a cuestas; te quiero.
Hoy, en una ciudad donde el mar huele a tu sonrisa; te quiero.
Hoy, con el otoño en la ventana recordando tu verano; te quiero.
Hoy, con mi café en la mano pero sin tu cigarro; te quiero.
Hoy, con todo ese amor infantil que nos juramos; te quiero.

Y hoy, con esa certeza punzante de que lo haré siempre; te quiero.


domingo, octubre 25, 2009

Bye, bye, Miss American Pie...



Llevo 28 años dejando recuerdos regados por esta ciudad a la cual me llevo tatuada en el alma. He dejado pedacitos del corazón en incontables esquinas, restaurantes, banquetas, bares, centros comerciales, rincones, parques... Y ahora que me tengo que empezar a despedir (al menos por un tiempo), esos recuerdos se sienten más fuertes que nunca. Aquí lloré, reí, me carcajée, amé, olvidé, me perdí, pero sobretodo, viví...

Extrañaré mi casa y sus árboles y su banqueta, mi cama, mi jardín y la puerta, la paletería de la esquina y mi regadera. Extrañaré el Parque Hundido, el Mi Gusto es, las quecas de aquí a dos cuadras y los tacos de Los Parados. Extrañaré Galerías Insurgentes y el Cinemex Manacar con el recuerdo intacto de mi primera cita, y por supuesto extrañaré la Colonia Roma y su magia y sus cafés y sus moteles y mi ex-oficina, incluídos los latidos extras al pasar enfrente de donde dejé aquel amor único y equivocado hace ya tanto tiempo. Extrañaré la casa en la calle de Baltimore y el cuarto de los post-its donde me deslumbró aquel efímero relámpago, y el Carlos & Charlie's donde me dejaban bailar en las mesas en mi adolescencia, y la Colonia Florida donde pasé mi infancia enfundada en un uniforme azul marino, y bueno, creo que ni tengo que mencionar cuánto extrañaré a mi familia hermosa y a todos mis pocos amigos...

Pero lo que sí estoy segura, es que no voy a extrañar nada esa esquina de insurgentes donde lloré por horas sola a media noche, ni aquel antrucho donde el vacío era tan grande que lo único que me quedaba era confiar en el futuro incierto. No extrañaré nada del año pasado porque estaba muerta, y por eso también es que me voy, porque aunque este 2009 ha sido todo increíble, me sirvió para darme cuenta que aquí no está lo que busco, al menos no por ahora.

Así que deséenme suerte, que me voy a conocer otras banquetas y a descubrir nuevos rincones pa' contarles mis secretos, ahora en inglés.


martes, septiembre 22, 2009

Lala:


Perdón que te moleste a estas horas (aunque tal vez por donde andes las horas no importen), pero a veces me hace falta con quien platicar. Sé que cuando andabas por estos rumbos no platicábamos mucho, es por eso que quiero pensar que ahora que tú entiendes las cosas mejor que nadie y puedes ver todo más objetivamente, me escuchas y comprendes mejor que nunca. ¿Cómo has estado, Lala?, ¿qué se siente estar más allá de todo y de todos...?, ¿te acuerdas de las tonterías que te hacían parte de nosotros?... ¿de los olores, de las canciones que nos cantabas, de tu cajita con los barnices de uñas que a veces me dejabas usar?... yo quiero pensar que todas esas cosas todavía las traes contigo donde quiera que andes, y prefiero pensar que ese donde quiera es más bien por aquí cerca, por que la verdad si no me voy a sentir bien sola. Ya llevo un tiempo sola, como igual te habrás podido dar cuenta, extrañando cosas que quizá nunca fueron mías, tratando de entender otras que quizá nunca acabarán de tener sentido, huyéndole a tristezas inútiles, gastadas, viejas... y si te soy sincera me cuesta trabajo y a veces no lo logro muy bien que digamos. Es entonces cuando, como ahorita, veo tu retrato sonriente mirándome de vuelta, y lloro porque no estás y porque no me despedí de ti nunca y porque me quedé con un chingo de abrazos que darte y de secretos que decirte, y porque quiero creer que a pesar de todo tú me cuidas cuando todos se van a dormir y no hay nadie, y hasta creo que te oigo decir bajito que hay un plan más grande que guarda el universo para mi en algún lado y que por eso yo todavía no entiendo nada, y que todo esto algún día va a tener sentido. ¿Ya ves, Lala?... es que a veces soy bien mensa. Pero también a veces me hace falta cariño, y entonces me ando conformando con cualquier retazo que atrape yo en el aire pa ver si así le pongo otra pieza al rompecabezas. Generalmente estoy bien creyéndome mi propio cuento, pero al final de días como hoy me cae de pronto el veinte que no, que ya perdí piezas que no voy a volver a encontrar nunca y entonces me da por chillar por que se me acaban los pretextos tontos para aferrarme así a ciegas.

Perdón, Lala, nomás ando acá diciéndote tonterías. Te extraño, ¿sabes?, y mucho. Me acuerdo de ti siempre. No nos descuides, La, sobre todo a mi mamá que es a quien más falta le haces. Ayúdame a ser fuerte y a seguir el camino que me corresponde. Digo, ahí nomás a veces dame uno que otro empujoncito pa no doblar en la esquina equivocada. Y no me dejes sola, porfa, que de por sí las cosas no andan muy bien que digamos. Salúdame al abuelo, dile que a él también lo extraño mucho y que sigo siendo 'su única' por siempre y para siempre. Guárdenme por ahi un abrazo para cuando los alcance.

Mientras tanto, hasta mañana, Lala, que por hoy ya voy a dejar de llorar.

jueves, agosto 20, 2009

Así.



Como esa escena de Romeo y Julieta en la alberca, escondidos de la mirada del mundo, así fuimos.
Como esas historias que deberían de contarse siempre, y siempre de repetirse.
Como en un libro de Brian Weiss, donde desde la primera vez nos adivinamos todo, así chocaron nuestras miradas.
Como en cuento de García Márquez, donde la magia se toca como si fuera cosa de todos los días.
Como final de temporada de serie gringa, donde todo pasa y no pasa nada pa' dejarte picado.
Como película porno, también, por qué no, nos enredamos en sábanas de un hotel 5 estrellas.
Como canción de esas que pasan en los capítulos que sabes van a terminar mal, así es nuestro soundtrack.
Como echarlo todo a la suerte, como cuando los dioses surfean sobre la muerte.
Como preview de película palomera, de esas que te obligan a comprar boleto en preventa.

Así fuimos, así somos... ¿así seremos?...

...


P.D.- Nuevo post en Cabo Wabo.

lunes, agosto 03, 2009

Campanita.



Conóceme. Acércate poquito a poquito. Déjame curarte a besos queditos todas esas heridas que traes por dentro. Quiero que recargues tu cabeza en mi pecho; prometo nunca dejar de acariciarte el pelo. Y con mis manos, déjame descolgarte todos los prejuicios y desabrocharte tus miedos cada vez que te quite la camisa. Déjame consentirte, llenarte de cariños, de miradas cómplices. Déjame ser parte de los recuerdos que guardas en aquel lugar importante. Quiero hacerte reir de nuevo hasta que se te salgan las lágrimas. Quiero divertirte, verte contento siempre, todos los días. Déjame hacerme cargo del equipaje que traes arrastrando. Si me dejas, prometo quererte más de lo que te imaginaste alguien podría quererte nunca. Prometo regalarte mis ojos para que veas todo lo que yo he visto, mis dedos para cuando tus manos no puedan dibujar facciones, mis brazos por si los tuyos se cansan de cargar las cosas pesadas y mi corazón para que te sientas más vivo. Si quieres, te doy la bienvenida con todo y defectos, pasado, experiencias y malos sueños. Te comparto el rato que quieras de mi vida, mi luz por si no puedes dormir alguna noche, lo que tú quieras por tu media sonrisa.

Yo, a cambio, te pido sólo una cosa: Que me cumplas el deseo que te pedí sumergidos en el agua, que no le pongas fin a la historia extraña, que completes con razón a mi intuición que me dice que ahí estás, que ahí sigues... que me des el chance de demostrarte que todavía, y a pesar de todo, puedes ser feliz.

Y yo también.

miércoles, julio 29, 2009

Cabo Wabo reloaded.


Ya hay nuevo post en Cabo Wabo, y ya está de nuevo abierto al "público en general", no sin antes aclarar que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.


miércoles, julio 22, 2009

La misma.


Estoy recostada en la cama de mi cuarto de hotel en Manzanillo oyendo la lluvia caer afuera. Mi mejor amiga ve la tele y yo tengo una sonrisa enorme y estúpida pintada en la boca. Los recuerdos de ayer giran en mi jóven cabeza y me hacen latir fuerte el corazón. Tú me debes algo..., me decías mientras acercabas tus labios y me dabas aquel primer beso en donde decidí regalarte la vida y firmarte todo lo que me deparara el destino desde entonces. Así giras en mi cabeza, todo revuelto entre la noche y la lluvia y tus manos y la playa y el humo de las velas que no querías dejar escapar. Y cierro los ojos y cuando los abro, estoy nueve años más tarde y kilómetros más lejos. Y me veo en el espejo y soy otra, mi mirada ya no es la misma, me falta inocencia y un poquito de esperanza que se me quedó el la arena de ese mar. Y sé más cosas y conozco más lugares, y cuento más nombres y mis manos recuerdan más cuerpos, pero en realidad soy la misma tonta que va a perseguir sueños lejanos, la misma que viaja horas por acurrucarse entre los brazos de alguien que decida hacerme una promesa efímera pero no por eso menos real. La misma, la misma que te fue a buscar al fin del mundo sólo a cambio de unas horas y tu sonrisa que valió la eternidad completa. La misma. Después de nueve años, tristemente, sigo siendo la misma...

Citas citables.


Hace no mucho leí un libro de esos que son nomás novelas pa' entretenerse en el aeropuerto. La verdad, nada relevante, sólo una cita que se me quedó grabadísima y que todavía hay veces, como en este preciso momento, que al leerla se me hace un nudo en la garganta. Y aunque me juzguen como la persona más tonta del mundo, debo de aceptar que para mi hay pocas citas más sinceras y ciertas que ésta:

"I heard a thousand times that a boy, or a man, can’t make you happy, that you have to be happy on your own before you can be happy with another person. All I can say is, I wish it were true."

Curtis Sittenfeld, Prep.


Hoy yo no soy feliz.

lunes, julio 20, 2009

Consejo.



"Me parece que el muchacho está en ti, contigo, si no, pa que la molestia del hijo. Sigue procurándolo, que mientras haya reciprocidad vale la pena y atesora las ausencias tanto como los acercamientos porque te permiten no dar nada por sentado."

viernes, julio 10, 2009

Fuck life.


Estoy triste. Quiero escaparme, borrar mi pasado, mi nombre, mis heridas. Quiero empezar de nuevo, que se borren todas mis huellas, los malos recuerdos que he dejado en la gente. Quiero que por una vez en la vida me salgan bien las cosas, que algo sea para mi. Y no tenerle miedo a nada, porque hoy todo me da miedo. Y lloro porque hago cosas que luego no entiendo, y desafío al destino a ver si en una de esas las cartas se voltean a mi favor, pero eso nunca pasa. Y sí, me merezco todo lo malo que me ha pasado y no, a veces pienso que no me lo merezco. Y que merezco, a pesar de todo, ser feliz, porque en el fondo, quizás muy en el fondo, soy una buena persona. Hoy no. Hoy me odio, no puedo ni verme al espejo, no sé en que me he convertido. Y pido disculpas a todo aquel que se haya cruzado por mi camino y al que no he sabido corresponder como hubiera debido. Y ojalá aquellos que me lastimaron tanto jamás se hubieran aparecido, porque yo no era así antes. Y odio todos estos escudos y todas estas barreras que me he puesto por culpa de esos a los que les di todo y no me devolvieron nada. Los odio porque hoy soy como ellos. Y es lo peor que me hubiera podido pasar.

miércoles, julio 08, 2009

Larga distancia.


Tú y yo vamos a ser algo. No sé qué, ni cómo, pero lo vamos a ser.
Lo sé.

viernes, julio 03, 2009

Premoniciones.


Tu mirada de niño que traías arrastrando en los ojos que brillaban. Y yo entrgada totalmente a tu voluntad como hace años no me pasaba. Y la magia en el cuarto de los post-its. Y la electricidad en el aire. Y todo lo inexplicable dibujándose en las alas que, literalmente, encontré en tu espalda. Y aquel idioma que no necesitó palabras. Y los dos en las nubes durmiendo en el suelo. Y tu sonrisa que calló todos los ruidos del mundo. Y el universo con todas las preguntas resueltas en tu abrazo. Y los dos así, como dos piezas de rompecabezas únicas, embonando a la perfección en todos los sentidos. Y ese todo que no me cabe en el cuerpo y qué no sé que es ni cómo se explica. Y el relámpago de tu presencia que me dejó ciega, el que se volverá sonrisa en todos mis recuerdos. Y el destino llevándote lejos demasiado pronto. Y yo aquí, con las manos vacías, pero con las entrañas llenas de tu fugaz presencia. Y sabiendo con ese sexto sentido que la razón se empeña en desmentir, que eres tú la promesa que me trae este verano y que de alguna manera lo que pasó en esa extraña noche de jueves, se convertirá en un pedacito de eternidad.

Y con la certeza de que las palabras no podrían jamás hacerle justicia a lo que pasó aquella noche, lanzo la petición al universo de que si no me queda un final feliz contigo, tan siquiera sí un 'continuará'...

miércoles, julio 01, 2009

Bienvenido.


Me gustaste así nomás. Y yo te gusté a ti.
La electricidad nos delató primero. Las miradas, después.
No sé cómo, pero te volveré a ver.
Pronto.

Bienvenido julio, el mejor mes para contar historias.
Bienvenido olor a lluvia en las calles de la Roma.
Bienvenido verano.
Bienvenido tú, desconocido con aires de premonición.

lunes, junio 22, 2009

Hola, verano.


¿Por qué, por qué, por qué por más que trato no puedo ser feliz?... ¿Por qué todo es complicado? ¿Por qué todo se enreda? ¿Por qué tengo ganas de llorar cada que llueve?...
Ya me quiero ir. Quiero escaparme, empezar de nuevo. Pasear por la niebla de un país ya no tan desconocido con mi abrigo negro y mis botas grises de tacón mientras la ciudad de los puentes maravillosos me coquetea y me hace promesas al oído. Entender como funciona todo y no solo eso, hacer que funcione. Y luego, tal vez, la vida se ponga bonita de nuevo y me sonría como hace mucho no lo hace.

Hola, verano. ¿Me traerías un capuchino con crema irlandesa y dos de azúcar? Uno como ese que me diste a probar hace nueve años justo en medio de la lluvia que en ese entonces todavía no me hacía llorar..

miércoles, junio 03, 2009

El paraíso son los otros.


Setenta y siete sesenta. Tus ojitos que brillan. Una playera verde. Tu voz y tus ademanes y mi secreto. Mommy's little monster. Sonrisita, siempre tu sonrisita. Juegas y juego, jugamos bien. Un jugador más en el tablero. Cinturón hacia un lado. Cosas de pareja van en el Inbox y no en el wall, sabiduría contemporánea. Tú. El tatuaje que me vuelve loca. Nadie sabe, nadie supo. Juegas, juego, jugamos. Y siempre pierdo. Y tú también. Palabras que no se dicen pero que vuelan en el espacio que queda entre tu cuerpo y el mio. El nervio, la mano sudada. Tapones para los oídos. Un colchón en lugar de cortina. Los gatos, la Tomasa. Todo y nada. Tus besos, tus besos, tus manos, tus labios, tus orejas, tus besos. Un taxi. Me voy. Te quedas. Pero siempre regreso.
Y tú también.

lunes, mayo 18, 2009

Lost in translation.


No entiendo a los hombres. Dejé de tratar desde hace mucho y debo decir que tampoco ha funcionado. No los entiendo. No entiendo, no entiendo, no entiendo.

Y lo peor de todo es que no hay traductor en la web.

martes, mayo 05, 2009

Vuelo.


Sobrevivo a la epidemia. Me enamoro del que sale en Supernatural porque gracias al encierro no hago más que ver las primeras dos temporadas, y oh dios qué bien está. Pienso que yo quiero (necesito) uno así, igualito. Respiro, me muero de calor. No dejo de venir a trabajar a la agencia, no podría, ya me hubiera vuelto loca. Y a veces tengo suerte y lo veo y se le escapa una de esas sonrisas que yo sé son sólo para mi, así bien exclusivas. Conozco gente nueva con y sin tapabocas, me rio, me acuerdo de cosas, me dan ganas de verte, de encontrarte así de la nada y decirte todo lo que nunca te dije ni a la orilla del mar. Y luego me voy a mi casa sin tráfico porque la ciudad está sola y veo otro capítulo de Supernatural y me enamoro otra vez y a lo mejor encuentro uno parecido en San Francisco ahora que me voy. Empiezo a hacer ejercicio, estoy contenta a media pandemia y lo conozco un viernes, los momentos los manejo en mis manos y empiezo el juego, soy buena y me gusta. Si nos hubieran dejado, te ganaba en el billar. Y él me gusta porque me recuerda mi lado bueno con mensajitos lindos que llegan a la hora exacta, pero soy libre y quiero volar un rato, enrredarme en barandales de edificios de un piso en la Roma, en colchones que descansan en el suelo, y sí, también en su recámara bonita porque me hace falta que me consientan un rato... pero sin dejar de volar. Soy libre, soy libre por fin después de tanto tiempo, soy yo completita y me encanto, soy maravillosa y no hago promesas de nada porque no puedo, ni quiero, porque me gusto más así, por que ya no me acordaba qué se sentía despegarse del suelo...

Si quieres, ahora te regalo una 'n' minúscula pa que la pongas donde más te guste.

miércoles, abril 22, 2009

Sola.


Ayer en la noche me agarró la depre. Podría mentir y decir que me agarró desprevenida, pero la verdad es que la ví venir desde que amaneció nublado. Me alcanzó por ahí de las cinco de la tarde y creí que si me hacía mensa un rato iba a poder ignorarla, pero no contaba con que se iba a esperar ahí juntito y me iba a seguir hasta mi casa. Fue entonces cuando no me quedó de otra y me encerré con ella en el baño. La muy culera me trajo recuerdos que tenía guardaditos con llave, me echó en cara todo lo que había tratado de ignorar por un buen rato y me atacó por la espalda. Y yo chille y chille en el baño y ella repitiendo nombres, errores, voces, miradas, sentimientos... así todo directo a la yugular. Errores y errores y errores. Y nunca nada es para ti, ¿te das cuenta, tontita? Tú que presumes de tu puntualidad y siempre andas llegándole tarde a todo. O temprano. El caso es que nunca es tu tiempo. Todo te sale mal. Y por más que te vayas lejos y trates de escaparte, todo eso que has hecho mal te va a seguir a todas partes, de eso me encargo yo. Mírate aquí chillando, aferrándote al último recuerdo bonito que tienes, ese del cuarto donde se mete todo el ruido de la calle. Pero no te hagas, también eso te duele. Tómala, por tonta...

¿Y qué le decía yo si tenía razón en todo lo que me decía?... por eso lloraba, porque me dio coraje no poder defenderme. Así me tuvo como una hora, hasta que se cansó y me dejó ahí sola, con la nariz roja y los ojos hinchados y los pensamientos hechos bolas y el corazón todo encogido. Y yo sólo pensaba: al final, como siempre, estoy sola.Y no me quedó de otra mas que irme a tratar de dormir.

Qué bueno que hoy amaneció el cielo un poquito más despejado.

sábado, abril 11, 2009

Diablo Guardián.


En lugar de estar encerrada en mi cuarto muriéndome del pinche calor, debería de estar jugando al maridito contigo. Estaríamos los dos caminando por el andador de Alvaro Obregón, yo con tus dedos enlazados en una mano y un helado de mandarina en la otra, y tú habrías pedido tal vez el de limón porque con el calor sólo se antojan los helados de agua. Tú andarías como siempre con tus fachas y tus Converse sucios y yo muy mona haciéndome la dizque hippie para hacer mejor match contigo y con nuestra caminata sin rumbo fijo. Y entonces la gente se nos quedaría viendo porque yo me estaría riendo todo el tiempo de las tonterías que se te ocurren y tú de toda la información basura que tengo guardada en la cabeza pero que por alguna razón no me daría pena compartir contigo, o sea así como si fuéramos el uno para el otro, ¿ajá?... Y luego cambio la conjugación de los verbos y seguimos caminando y pasamos entre las fuentes y vemos a los pajaritos que brincotean junto a los arbustos y los perros que andan caminando ahí con sus dueños atras de ellos y tú me abrazas de repente y me preguntas: ¿por qué estás tan bonita? y yo te contesto: pues para gustarte, menso. Y nos seguimos riendo, ¿ajá?, así como locos, sin que nos importe nada más que las pinches mariposas que nos bailan en la panza, o sea como si fuéramos otra vez adolescentes.

Pero a tí qué te cuento, Diablo Guardián. Yo sé que nomás andas haciéndote güey, así como que no te importa. Cuando una ya ha bajado al infierno ya sabe reconocer los demonios en los ojos de las demás personas. O sea los que una anda despertando, ¿ajá?, provocando así como que no quiere la cosa. Porque que así como me ves, con esta carita de no rompo un plato, todavía tengo algunas cartas guardadas bajo la manga. O a lo mejor las guardé en el escote, ya no me acuerdo. Y tú te mueres de ganas de averiguarlo, darling, por más que hables de tu noviecita santa en frente de todos pa' que se traguen el cuentito de que andas muy enamorado. Te mueres de ganas de averiguarlo otra vez, y se te andan escapando los pretextos en cada sonrisita tonta que me dedicas cuando crees que nadie te ve.

Porque como a Violetta, a mi también me gusta un hombre y zaz: se chinga todo.

lunes, abril 06, 2009

Pinche calor.


Odio el calor que está haciendo en las noches. Lo odio porque no me deja dormir, y porque cuando logro hacerlo tengo unos sueños rarísimos. Ayer estaba justo intentando quedarme dormida cuando uno de esos pensamientos estúpidos pre-inconcientes me llegó a la cabeza: Si es cierto eso de que cuando estás a punto de morirte un resumen de tu vida te pasa por delante cual shuffle, cuáles serían los momentos que valdría la pena tuvieran un lugar en tan importante selección?...

Seguramente, me acordaría otra vez del olor de los vasos de cera con super héroes pintados de la fiesta No. 2 de mi primo Juan, y de algunas de esas veces que se quedaba a dormir en la casa y a mi me daba una emoción padrísima saber que iba a tener con quien jugar desde tempranito. También segurísimo vería mi primer viaje a la playa que casualmente sería en Manzanillo en donde yo conocí el mar. En décimas de segundos sentiría yo otra vez la arena calientita de la caminata hacia la casa de las tías en Maeva, y por supuesto que habría pedacitos de las navidades en familia, de las nochebuenas frías en Villa Verdún en la casa de los abuelos que tenía chimenea y de las veces que mis papás escondías los regalos de Santa Claus. Vería también, mi primer día de clases en el IMA y los días del niño que esperaba con tantas ansias. Snorkelearia de nuevo a los 12 años en cozumel y me invadiría el sonido vacío de cuando sumerges la cabeza en el agua. Luego seguiría mi cumpleaños número 15 en Reino Aventura, y aquel día del partido interáreas del CUM donde conocí a mi primer amor platónico con el jersey 33. Volvería a entrar al cuarto de hotel en Acapulco donde me esperaban los Hanson, y habría flashazos del viaje a Cocoyoc y a Canadá con Rocío. Por supuesto que se aparecerían ahí, en medio de todo y lo más importante, esas tardes en el Café Jardín de la Roma en donde se le ocurrió despertarse al mundo. Vería, despacio, sus ojos verdes tan verdes como grises, y su sonrisa y el lunar de atrás de su oreja. Y volvería a pasear de su mano y a perderme en su boca mientras oigo a lo lejos la canción del unicornio azul que nos gustaba tanto. Y luego vería nuestra playa con todo y sus relámpagos, y el cuarto del ventilador y la lluvia y su abrazo y sus besos. Y luego vería algunos ratos en la EDINBA, y el segundo preciso en el que me decidí a hacerme mi primer tatuaje. Y pasaría por enfrente de mis ojos el momento justo en el que desperté en la cama de aquel que durante tanto tiempo me movió la cabeza y miraría fijamente las burbujas naranjas de la lámpara de lava que teníamos enfrente, para de ahí irme directito a Pie de la Cuesta a la mejor fiesta de fin de año de la Walter. Luego me tomaría uno de esos cafés de Starbucks sentada en diferentes coches afuera de mi casa tratando de alargar pláticas y buscar pretextos para después pasar a la fiesta de Cuernavaca del cuarto del iPod. Y luego vería el momento en el que se me volvería a aparecer el único que ha podido detenerle el tiempo al universo y volvería a poder respirar profundo entre sus brazos y su polo verde, tan verde como sus ojos. Y volvería a hacer el amor enfrente de la chimenea de la casa de Avenida Toluca con mi niño maravilla mientras destapamos una botella de champaña para celebrar el año nuevo. Viajaría de nuevo a San Francisco para darle un beso a mis sobrinos y me pasaría a NYC a perseguir mi historia de Hugo Rush y a contar los segundos para el año 2009 que no volvería a pasar. Caminaría por París y Londres para regresar disparada y llena de ansias a la colonia Roma a encontrarme con el extraño más conocido que me había topado desde hace mucho. Y despertaría enredada en las sábanas del colchón que tiene en el suelo mientras él busca mi mano para entrelazar, como que no quiere la cosa, sus dedos que hacen maravillas. Me besaría de nuevo en la frente mientras nos quedamos dormidos y por último, así ya en mi último segundo de vida, regresaría de nuevo al cuarto del ventilador de la playa del verano bisiesto y me dejaría llevar por el verde grisáceo de sus ojos hasta el mar donde me quedaría para siempre por ser de ese mismísimo color.

Así me dormí ayer, y a pesar del pinche calor me dormí bien tranquila porque me di cuenta de que a pesar de todos los madrazos, me ha ido muy bien en la vida.
Y que no cambiaría nada, nada.

miércoles, abril 01, 2009

Amor amarillo.


Llevo semanas soñando cosas raras, y el único común denominador de todas ellas es él. Empiezo a creer que yo funciono como el perro de Pavlov, sólo por medio de estímulos. Me voy a NY y veo al niño de la historia extraña de año nuevo, me cobro mi beso con intereses y mientras fumamos una hooka de menta me doy cuenta que ahí entre nosotros hace falta algo que no sé que es pero que no puedo ignorarlo y que quizá tenga hasta un nombre sencillo. Y justo en este momento se me acaba de nublar la cabeza y se me acaba de olvidar todo lo que iba a escribir y me vuelvo una tonta, tonta tontísima. Y no puedo hacer nada y me caigo muy mal.

Yo pensé que esta estupidez se quitaba a los 16, pero su manera extraña de pronunciar el 'ajá' me hace pensar, por un segundo, lo contrario.

Ok... Voy a darme unos topes en la pared y regreso.


lunes, marzo 23, 2009

Ooops...


Me odio por tonta. Me odio por que sé que desde afuera se me ve esta sonrisa idiota, injustificada. Me odio por ser feliz con tan poco, con tan nada. Me odio por repetir los mismos errores siempre. Me odio por desesperada. Y me voy unos días y no quiero irme. Y eso, me odio así nomás, por pendeja.

domingo, marzo 22, 2009

Mezcla de la casa.


Nuestro café ya no es un café. Ahora a alguien se le ocurrió vender ahí tortas y ensaladas insípidas. Ya no existen las jardineras donde me leíste la mano segundos antes de que me dijeras que querías estar conmigo para siempre. Las paredes que antes eran color durazno como mi perfume que tanto te gustaba, ahora son blancas, sin ningún chiste. Las sillas verdes donde te sentabas a platicarme de tu vida son ahora bancas de madera vacías. Y el lugar ya no huele a nada. Y ya no se siente tibio y ya no tienen música de fondo. Y al entrar ahí nueve años después de ti pensé que iba a extrañarte más que nunca porque ese lugar fue nuestro y ese amor no se ha comparado con nada y sentía que todo se había quedado ahí, como estático en el tiempo, pero no. Entré, después de nueve años, a lo que algún día fue nuestro café y no encontré nada. Y me di cuenta de algo: no es que tú te hayas quedado inmóvil en aquel café, tú te quedaste inmóvil en mi.

Y con esa nueva certeza recién encontrada, puedo llevarte a dónde sea, sin importar cuántas veces cambie el color de la pared.

domingo, marzo 15, 2009

Col. Roma entre Tonalá y Frontera.


Quién iba a pensar que un martes cualquiera iba a encontrar un pedacito de la felicidad que se me había escapado hace años y tan así nomás, que sin avisos de nada la iba a ver esperándome en una esquina. Y casi no la reconozco, pero la suerte andaba caminando de mi lado como (casi) siempre que me paseo por la Roma. Por cierto, ya tengo celular nuevo, ya no estoy incomunicada, y aparte de todo está bien bonito y bien fashion y me encanta. También tengo, desde ayer, un par de alas con más color, las de antes ya estaban deslavadas y desgastadas y aveces me costaba trabajo verlas; a mi y a todos los demás. Estoy contenta. Hace sol y aveces llueve y estoy contenta.

Aparte de todo, debo confesar que me gusta caminar por tus rumbos porque luego pienso, o siento, quizás, que puedo encontrarte en una de esas con tu pelo despeinado, tu caminar distraído y tu sonrisa inconclusa.
Sal a pasear tú también, anda, que desde hace años tengo ganas de verte.

jueves, marzo 05, 2009

Sleep with butterflies.


1 - Haz click aquí y el primer artículo aleatorio que te salga será EL NOMBRE DE TU BANDA.

2 - Luego, haz click aquí. Las 4 ó 5 últimas palabras de la última cita que haya en la página es EL NOMBRE DEL DISCO.

3 - Por último, haz click aquí. La tercera foto, sea cual sea, es LA PORTADA DEL DISCO.

4 - Usa Photoshop u otro programa similar para unir todos los elementos.


Taggeo a todo el que lo lea.
Compartan.

viernes, febrero 27, 2009

Je t'aime trop.


Tengo ganas de llorar. A lo mejor es porque estoy cansada y está nublado y estoy en mi cama sintiendo entrar el aire frío por la ventana. Y es que aveces los días nublados me recuerdan tanto a tí, a tu mirada verde y gris, a la única vez en la vida en la que me he sentido segura de algo. Tengo ganas de llorar porque me di cuenta de que no importa qué tan lejos me vaya, los recuerdos se van conmigo siempre. Y quizá también sea porque el Sena y el francés y los Campos Elíseos tienen tu nombre y la promesa que sigue en el aire. Y en la cena con vino tinto, sales a relucir tú en un presente lejano y ajeno pero que extrañamente me hace sentirte cerca, vivo de nuevo. Y entonces me dan ganas de llorar porque sé que debería de estar tomando tu mano mientras camino por las calles de la ciudad del amor, que deberías de estar ahí tú y nadie más porque no hay nadie más con quien yo haya querido tanto estar en esta vida. Lo extraño es que entre esas ganas de llorar, hay una melancolía y una nostalgia que sólo se aparecen cuando eres tú el protagonista, y una extraña esperanza parecida al ruido que hacen las olas cuando les pega la luz del sol. Y ahí, entre esas ganas de llorar, mientras se me escapan unas cuantas lágrimas, me siento en las sillas verdes de nuestro café que hace tanto dejó de existir, un poquito en el pasado y un poquito en el presente, y cierro los ojos y sonrío porque me siento bien, porque aunque parezca imposible, aunque todo apunte en mi contra, los días nublados me hacen pensar que a tí y a mi todavía nos deben un final feliz.

Y que de alguna manera, algún día, lo vamos a tener.


viernes, febrero 06, 2009

Leaving la Walter.



"Do you know what time it is? You should be drinking coffee. You're a young guy. You know, it's none of my business, but if you could see what I see, you wouldn't be doin' this to yourself."

Dejo atrás mis gavetas casi vacías, unos cuantos papeles, periódicos, impresiones viejas. En mis cajones; mi cajita de tachuelas, tarjetas de presentación que ya no me sirven. El corcho de la pared ya está vacío, mis archivos quemados en dos DVD's. Es increíble como 5 años de mi vida hayan cabido en dos DVD's y una bolsa con unas cuantas cosas. Es increíble como la mayoría de las cosas que acumulé en esos cinco años ahora estén en la basura. Es increíble que casi no tenga recuerdos padres de los últimos dos años aquí. Adiós música fea de los de al lado. Adiós gordo insoportable, adiós Gran Tenor. Adiós dos horas de tráfico diario. Adiós comer sola. Adiós red del Conalep. Adiós horarios, adiós jetas. Adiós malos recuerdos, los buenos me los llevo conmigo. Me llevo los primeros años donde aprendí de todo, me llevo a las personas que valen la pena. Me llevo la caja de colores prismacolor, los plumones que me regaló el Millhouse, mis alebrijes, mi cuaderno de apuntes y garabatos. Me llevo las fiestas de fin de año, Acapulco, mis plumas favoritas, las veces que me quedé hasta tarde platicando con alguien. A mis amigos no me los llevo porque todos se fueron antes que yo. Ahora sí, todo está vacío. Ahora sí no hay pretexto pa' empezar de nuevo en un lugar mejor. Adiós, JWT, y gracias por todo, por cada minuto, bueno o malo, de los cinco años que pasé aquí.

El último que apague la luz.

lunes, enero 26, 2009

Status: Online.


Por qué será que te pienso tanto..?

Hablas otro idioma, vives en otro país, te llevo varios años de realidad y creo que en esta vida casi ni te conozco...
Y aún así, ahi has estado cuando nadie más estuvo. Cuando más necesitaba un amigo, una hora más adelante estuviste siempre.
Y me entiendes aunque no me sepa explicar del todo. Y cuando lloro, aunque no me ves lo sabes, y haces algún chiste para sacarme una sonrisa. No sé cómo le haces, pero siempre lo logras de larga distancia.

Con todos esos años menos, me sorprendes.
Y como no averiguo todavía cómo decírtelo ni sé si me atrevería, te dedico este post que sé que no verás nunca, y que aunque lo vieras no lograrías entenderlo.

Gracias.
Sigue ahi, conectado. No me abandones. Dame fuerzas.
Algún día acortaremos distancias.

miércoles, enero 07, 2009

Right to the very heart of it, New York, New York...


No te conozco y sí, porque aveces no entiendo cómo juega la vida. Te encuentro en el lugar menos indicado, cuando menos lo espero y cuando menos te busco. Tú estás con tu amigo, yo con mi amiga y tu amigo empieza la conversación con un pretexto tonto pero tierno. Se me van las horas y se me pasan las copas, a final de cuentas estoy en una ciudad nueva buscando ese no se qué que tanta falta me hace y que me hace dejar de contar los tragos. Tu amigo no encuentra señal adentro del bar, quiere apuntar en su iphone mi mail y sale, pidiéndome que lo acompañe. Afuera hace mucho frío pero todo el alcohol en mi sangre me ayuda a no congelarme. Tu amigo por fin encuentra señal en su iphone y me agrega al facebook mientras me abraza para quitarme el frio. Tú sales con mi amiga a buscarnos, no sé cuánto tiempo pasó pero sé que no fue mucho. Te despides, tu amigo también y me da un beso de esos que ni siquiera se pueden llamar besos, más bien un me dio gusto conocerte. Adiós, lo más probable es que no volvamos a vernos nunca...

La sorpresa es que al otro día me encuentro un mensaje en mi facebook de tu amigo. Se acordó de mi, yo me acuerdo de él a ratos, del beso que no fue beso, me duele la cabeza y no pienso y se me va la memoria. Tu amigo me dice después que va de vuelta a su ciudad y que no podrá regresar antes de que nosotros regresemos a la nuestra... Ni modo, pensé, y te agrego yo a mi lista de amigos. Tú sí andarás por la ciudad, quedas en llamarnos en cuanto puedas. A mi se me olvida hasta que veo un nuevo mensaje tuyo; si quieren nos vemos el lunes, sí, sí quiero.Y es así, te veo el lunes esperando en el mismo bar donde te conocí días atrás, no te lo digo pero me gusta cómo se te ve ese abrigo negro tan newyorkino. Te improvisas un tour, me invitas un té en Chinatown, nos paseas por el metro mientras me platicas de tus sueños todavía un poco de niño y yo te entiendo mejor de lo que crees, tu mirada me dice que quizá lo sabes. Quieres acercarte pero nos sobra mi amiga y tal vez nos sobra también tu amigo aunque esté a miles de millas de distancia. Y luego nos llevas a escondidas a la azotea del edificio donde trabajas, justo arriba de Grand Central Terminal, para que veamos las luces de Nueva York desde uno de sus rascacielos. El viento helado me pega en la cara y más que nunca me gustaría que estuviéramos solos para poder besarte como en las películas, y quizá en una de esas hasta empezaría a nevar y yo te diría que lo que acabas de hacer es lo más romántico que me ha pasado en la vida... Nos llevas a cenar, luego por unos tragos. Sonríes, yo también. Te conozco, sabes? de alguna otra parte. Tal vez fuiste el deseo que pedí al dar las doce cumplido a medias. Nos llevas al hotel y de camino, sacas al tema a tu amigo. Mi amiga dice que ella, esa noche en el bar, siempre pensó que eras tú el que habías querido besarme. Tú te sonrojas y mientes, dices que no, que sólo estabas siendo un buen amigo, y me preguntas que pasó en ese tiempo en el que tu amigo y yo estuvimos afuera. Nada, dije, el 'beso' que viste fue lo único que pasó. Te sorprendes, seguro pensaste que había habido más y por eso tu razón de guardar distancias... pero ya es demasiado tarde. Me abrazas, mi avión sale mañana y mi amiga no se nos despega. Adiós, ahora sí adiós. Te veo irte sabiendo que es probable que esa sea la última vez que te vea.

Adiós. Me llevo una de las mejores noches de mi vida, un momento como de película y un beso guardado que tenía tu nombre, al cual no se lo pienso cambiar nunca.

Esa noche, enredada entre las sábanas frías del hotel en Times Square, lloro un poquito de felicidad y un poquito de tristeza porque creo que jamás entenderé cómo funciona ese destino que se hace llamar para mi.