Llevo semanas soñando cosas raras, y el único común denominador de todas ellas es él. Empiezo a creer que yo funciono como el perro de Pavlov, sólo por medio de estímulos. Me voy a NY y veo al niño de la historia extraña de año nuevo, me cobro mi beso con intereses y mientras fumamos una hooka de menta me doy cuenta que ahí entre nosotros hace falta algo que no sé que es pero que no puedo ignorarlo y que quizá tenga hasta un nombre sencillo. Y justo en este momento se me acaba de nublar la cabeza y se me acaba de olvidar todo lo que iba a escribir y me vuelvo una tonta, tonta tontísima. Y no puedo hacer nada y me caigo muy mal.
Yo pensé que esta estupidez se quitaba a los 16, pero su manera extraña de pronunciar el 'ajá' me hace pensar, por un segundo, lo contrario.
Ok... Voy a darme unos topes en la pared y regreso.
8 comentarios:
No no no... yo tengo 27 (y contando) y eso no se quita... asté no se desespere.
Besos!
Afortunadamente uno no deja de en-amorarse a los 16... Si fuera así, qué triste sería el mundo...
El amor es lindo, el amor, el amor, quisiera amor, voy a darme unos topes en la pared, yo sí los necesito.
Said: Es que hace mucho que no me pasaba...
Kvvanchai: Pero si no es amor, es calentura... O eso creo... O ya no sé.
Denice: Vamos juntas. Yo también los necesito, créeme.
Hay que preguntarle al silvestre italiano por alguna brujería que involucre pseudo-rockers y vagos.
Pues yo ya vendí mi alma...
Por lo visto si te esta pegando duro el enamora-miento, pero a de ser la edad que lo va haciendo cada vez más intenso.
Osea que entre mas vamos creciendo... mas intensos somos?? aaaaa!!! a donde voy a llegar
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