viernes, febrero 27, 2009

Je t'aime trop.


Tengo ganas de llorar. A lo mejor es porque estoy cansada y está nublado y estoy en mi cama sintiendo entrar el aire frío por la ventana. Y es que aveces los días nublados me recuerdan tanto a tí, a tu mirada verde y gris, a la única vez en la vida en la que me he sentido segura de algo. Tengo ganas de llorar porque me di cuenta de que no importa qué tan lejos me vaya, los recuerdos se van conmigo siempre. Y quizá también sea porque el Sena y el francés y los Campos Elíseos tienen tu nombre y la promesa que sigue en el aire. Y en la cena con vino tinto, sales a relucir tú en un presente lejano y ajeno pero que extrañamente me hace sentirte cerca, vivo de nuevo. Y entonces me dan ganas de llorar porque sé que debería de estar tomando tu mano mientras camino por las calles de la ciudad del amor, que deberías de estar ahí tú y nadie más porque no hay nadie más con quien yo haya querido tanto estar en esta vida. Lo extraño es que entre esas ganas de llorar, hay una melancolía y una nostalgia que sólo se aparecen cuando eres tú el protagonista, y una extraña esperanza parecida al ruido que hacen las olas cuando les pega la luz del sol. Y ahí, entre esas ganas de llorar, mientras se me escapan unas cuantas lágrimas, me siento en las sillas verdes de nuestro café que hace tanto dejó de existir, un poquito en el pasado y un poquito en el presente, y cierro los ojos y sonrío porque me siento bien, porque aunque parezca imposible, aunque todo apunte en mi contra, los días nublados me hacen pensar que a tí y a mi todavía nos deben un final feliz.

Y que de alguna manera, algún día, lo vamos a tener.


viernes, febrero 06, 2009

Leaving la Walter.



"Do you know what time it is? You should be drinking coffee. You're a young guy. You know, it's none of my business, but if you could see what I see, you wouldn't be doin' this to yourself."

Dejo atrás mis gavetas casi vacías, unos cuantos papeles, periódicos, impresiones viejas. En mis cajones; mi cajita de tachuelas, tarjetas de presentación que ya no me sirven. El corcho de la pared ya está vacío, mis archivos quemados en dos DVD's. Es increíble como 5 años de mi vida hayan cabido en dos DVD's y una bolsa con unas cuantas cosas. Es increíble como la mayoría de las cosas que acumulé en esos cinco años ahora estén en la basura. Es increíble que casi no tenga recuerdos padres de los últimos dos años aquí. Adiós música fea de los de al lado. Adiós gordo insoportable, adiós Gran Tenor. Adiós dos horas de tráfico diario. Adiós comer sola. Adiós red del Conalep. Adiós horarios, adiós jetas. Adiós malos recuerdos, los buenos me los llevo conmigo. Me llevo los primeros años donde aprendí de todo, me llevo a las personas que valen la pena. Me llevo la caja de colores prismacolor, los plumones que me regaló el Millhouse, mis alebrijes, mi cuaderno de apuntes y garabatos. Me llevo las fiestas de fin de año, Acapulco, mis plumas favoritas, las veces que me quedé hasta tarde platicando con alguien. A mis amigos no me los llevo porque todos se fueron antes que yo. Ahora sí, todo está vacío. Ahora sí no hay pretexto pa' empezar de nuevo en un lugar mejor. Adiós, JWT, y gracias por todo, por cada minuto, bueno o malo, de los cinco años que pasé aquí.

El último que apague la luz.