lunes, noviembre 12, 2007

La Guerra de los Raspados.


Cuando Millhouse trabajaba en la Walter, había días en los que estábamos estresados o de malas y entonces a la hora de la comida nos salíamos al parquesito de por aquí y abrazábamos a los árboles para quitarnos todas las malas vibras. Cada quien escogía uno y nos quedábamos abrazados al árbol un rato hasta que sentíamos que todos los malos espíritus eran absorvidos por la naturaleza. Obvio sobra decir que la gente que pasaba se nos quedaba viendo muy feo, pero allá ellos con sus estreses, a nosotros nos valía madres, la verdad.

Un día de esos de mucho calor, después de cumplir con todo nuestro místico ritual, nos compramos unos raspados y nos sentamos en el pasto un ratito a descansar. Fue entonces que Millhouse tuvo la estúpida idea de aventarme parte de su raspado (de grosella) y éste tuvo a bien caer justo adentro de mi playera. Fue así como empezó la célebre Guerra de los Raspados, porque yo le devolví el golpe con mi raspado (de tamarindo) y luego él a mi, hasta que nos empezamos a perseguir sin cesar el fuego y debido a nuestra estupenda condición física resultado de árduas sesiones de entrenamiento, caímos rendidos y exhaustos a una cuadra de distancia de donde todo empezó.

Desde que no está Millhouse en la Walter la verdad me da pena salirme sola a abrazar árboles y que la gente se me quede viendo feo.

Por eso mis estreses y malos humores.


***
Nota al márgen: Haciéndo una exhaustiva investigación para validar los hechos detrás de este post, me enteré que Millhouse sólo come raspados de grosella por que, citándolo al pie de la letra, "es el único que me gusta porque parece sangre... y me siento caníbal…"

7 comentarios:

Millhouse dijo...

La verdad yo ya tampoco lo hago, igual por pena. Y esa guerra deberia de pasar a la historia, digo si hubo guerra de los pasteles por que no LA GUERRA DE LOS RASPADOS (ademas suena mas ruda que sus pinches pasteles). La neta si hay tardes en las que muy pero muy poco te llego a extraniar. He dicho.

Moncha dijo...

Yo la neta no estoy así que digas uy que estresada, pero si quieres te puedo acompañar a abrazar árboles...pero sin raspados va???

Vain¡lla dijo...

jajajajajaja
Yo digo que deberíamos poner una entrada en wikipedia para que las futuras generaciones sepan del heroísmo de los que pelearon en dicha guerra.

Y bueno, yo SÍ te extraño porque nadie más en el mundo hace y dice tanta pendejada como nosotros.
Además, la neta ya me hace falta abrazar a un árbol. :(

Ninja Peruano dijo...

Eso pone en perspectiva el inicio de la guerra de los pasteles.
Me imagino que los dos francesitos no pudieron encontrar un arbol antes de que todo fuera demasiado tarde.

Ahora solo falta que la guerra de los raspados alcance su conclusion dramatica, y nors manden un emperador conservador que resulte ser liberal.

Nandush dijo...

Yo podría sacrificarme en nombre d nuestra sufrida nación y dar la mencionada conclusión dramática en nombre de los héroes q nos dieron raspados.

Al fin, cuando el pueblo decida fusilarme, puedo ir a abrazar cualquiera d los miles d árboles q rodean el Castillo de Chapultepec y morir feliz y tranquilita.

Azul... dijo...

Yo lo hago, mi árbol es un eucalipto al que mis brazos no llegan a abarcar ni en su cuarta parte, así de enorme y centenario es... y me vale si me miran raro :)

Un besoooote!!!

Unknown dijo...

La última vez que abracé un árbol quedé embarrado de resina.
Digamos que eso multiplicó mi estres... quizá ya muchas personas habían decidido abrazar a la plantita y decidió pasarme las malas vibras a mi.
A saber.

PD: que pedo con lo de la sangre y el canivalismo?