viernes, mayo 02, 2008

El otro día me espantó un emo.


Hace como un mes estaba yo en una copia de trabajo bien aburrida y para entretenerme me salí un rato al pasillo donde tenían una pecerota con varias tortugas. Ahí andaba yo dándoles de comer cuando pasa un emo, vestido tan raro que parecía anime. Yo la verdad no le hice caso pero vi que se quedó parado atrás de mi, viéndome. Como cinco minutos después, ahí seguía, así nomás parado sin hacer ni decir nada; tons yo ps le sonreí a ver si así se iba porque me estaba poniendo un poco nerviosa. Me sonrió de vuelta y se fue. Cinco minutos después regresó y se quedó ahí otra vez y se volvió a ir. Ya habían pasado como 15 minutos cuando lo vi regresar, entonces me dijo hola soy nomeacuerdoquién y me besó la mano y me dijo 'gracias por iluminarme el día' y se dió la media vuelta y se fue y ahora sí no regresó.

Yo me quedé ahí sacadísima de onda con las tortugas y luego pensé que a lo mejor ya no me iba a ir al infierno porque evité que ese día se suicidara un emo.

8 comentarios:

Ninja Peruano dijo...

O a lo mejor te vas a ir al infierno precisamente por evitar que se suicidara un emo.

Caray... su LiveJournal debe de estar lleno de comentarios acerca de cómo tuvo interacción humana por primera vez.

Miguel Matus dijo...

El regalo de una sonrisa a veces cuesta más, porque las costumbres no nos enseñan a ser nosotros mismos.

Vain¡lla dijo...

Ninja: Ya te avisaré cuando me muera.

Rusty: Es que aveces cuando te sacan de onda así, es lo único que queda. Y me sentí bien después. :D

Unknown dijo...

Sólo a ti te pasan esas cosas... me cae.

Vain¡lla dijo...

Ya sé caray!!! jajaja

Vain¡lla dijo...

Ya sé caray!!! jajaja

Verynice dijo...

A lo mejor al rato te nombran la salvadora de emos andreita!!!! y tienes a tus seguidores!!

Vain¡lla dijo...

ajajajajajaja imagínate!!!