Perdón que te moleste a estas horas (aunque tal vez por donde andes las horas no importen), pero a veces me hace falta con quien platicar. Sé que cuando andabas por estos rumbos no platicábamos mucho, es por eso que quiero pensar que ahora que tú entiendes las cosas mejor que nadie y puedes ver todo más objetivamente, me escuchas y comprendes mejor que nunca. ¿Cómo has estado, Lala?, ¿qué se siente estar más allá de todo y de todos...?, ¿te acuerdas de las tonterías que te hacían parte de nosotros?... ¿de los olores, de las canciones que nos cantabas, de tu cajita con los barnices de uñas que a veces me dejabas usar?... yo quiero pensar que todas esas cosas todavía las traes contigo donde quiera que andes, y prefiero pensar que ese donde quiera es más bien por aquí cerca, por que la verdad si no me voy a sentir bien sola. Ya llevo un tiempo sola, como igual te habrás podido dar cuenta, extrañando cosas que quizá nunca fueron mías, tratando de entender otras que quizá nunca acabarán de tener sentido, huyéndole a tristezas inútiles, gastadas, viejas... y si te soy sincera me cuesta trabajo y a veces no lo logro muy bien que digamos. Es entonces cuando, como ahorita, veo tu retrato sonriente mirándome de vuelta, y lloro porque no estás y porque no me despedí de ti nunca y porque me quedé con un chingo de abrazos que darte y de secretos que decirte, y porque quiero creer que a pesar de todo tú me cuidas cuando todos se van a dormir y no hay nadie, y hasta creo que te oigo decir bajito que hay un plan más grande que guarda el universo para mi en algún lado y que por eso yo todavía no entiendo nada, y que todo esto algún día va a tener sentido. ¿Ya ves, Lala?... es que a veces soy bien mensa. Pero también a veces me hace falta cariño, y entonces me ando conformando con cualquier retazo que atrape yo en el aire pa ver si así le pongo otra pieza al rompecabezas. Generalmente estoy bien creyéndome mi propio cuento, pero al final de días como hoy me cae de pronto el veinte que no, que ya perdí piezas que no voy a volver a encontrar nunca y entonces me da por chillar por que se me acaban los pretextos tontos para aferrarme así a ciegas.
Perdón, Lala, nomás ando acá diciéndote tonterías. Te extraño, ¿sabes?, y mucho. Me acuerdo de ti siempre. No nos descuides, La, sobre todo a mi mamá que es a quien más falta le haces. Ayúdame a ser fuerte y a seguir el camino que me corresponde. Digo, ahí nomás a veces dame uno que otro empujoncito pa no doblar en la esquina equivocada. Y no me dejes sola, porfa, que de por sí las cosas no andan muy bien que digamos. Salúdame al abuelo, dile que a él también lo extraño mucho y que sigo siendo 'su única' por siempre y para siempre. Guárdenme por ahi un abrazo para cuando los alcance.
Mientras tanto, hasta mañana, Lala, que por hoy ya voy a dejar de llorar.
Como esa escena de Romeo y Julieta en la alberca, escondidos de la mirada del mundo, así fuimos.
Como esas historias que deberían de contarse siempre, y siempre de repetirse.
Como en un libro de Brian Weiss, donde desde la primera vez nos adivinamos todo, así chocaron nuestras miradas.
Como en cuento de García Márquez, donde la magia se toca como si fuera cosa de todos los días.
Como final de temporada de serie gringa, donde todo pasa y no pasa nada pa' dejarte picado.
Como película porno, también, por qué no, nos enredamos en sábanas de un hotel 5 estrellas.
Como canción de esas que pasan en los capítulos que sabes van a terminar mal, así es nuestro soundtrack.
Como echarlo todo a la suerte, como cuando los dioses surfean sobre la muerte.
Como preview de película palomera, de esas que te obligan a comprar boleto en preventa.
Así fuimos, así somos... ¿así seremos?...
...
P.D.- Nuevo post en Cabo Wabo.
Conóceme. Acércate poquito a poquito. Déjame curarte a besos queditos todas esas heridas que traes por dentro. Quiero que recargues tu cabeza en mi pecho; prometo nunca dejar de acariciarte el pelo. Y con mis manos, déjame descolgarte todos los prejuicios y desabrocharte tus miedos cada vez que te quite la camisa. Déjame consentirte, llenarte de cariños, de miradas cómplices. Déjame ser parte de los recuerdos que guardas en aquel lugar importante. Quiero hacerte reir de nuevo hasta que se te salgan las lágrimas. Quiero divertirte, verte contento siempre, todos los días. Déjame hacerme cargo del equipaje que traes arrastrando. Si me dejas, prometo quererte más de lo que te imaginaste alguien podría quererte nunca. Prometo regalarte mis ojos para que veas todo lo que yo he visto, mis dedos para cuando tus manos no puedan dibujar facciones, mis brazos por si los tuyos se cansan de cargar las cosas pesadas y mi corazón para que te sientas más vivo. Si quieres, te doy la bienvenida con todo y defectos, pasado, experiencias y malos sueños. Te comparto el rato que quieras de mi vida, mi luz por si no puedes dormir alguna noche, lo que tú quieras por tu media sonrisa.
Yo, a cambio, te pido sólo una cosa: Que me cumplas el deseo que te pedí sumergidos en el agua, que no le pongas fin a la historia extraña, que completes con razón a mi intuición que me dice que ahí estás, que ahí sigues... que me des el chance de demostrarte que todavía, y a pesar de todo, puedes ser feliz.
Y yo también.
Ya hay nuevo post en Cabo Wabo, y ya está de nuevo abierto al "público en general", no sin antes aclarar que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Estoy recostada en la cama de mi cuarto de hotel en Manzanillo oyendo la lluvia caer afuera. Mi mejor amiga ve la tele y yo tengo una sonrisa enorme y estúpida pintada en la boca. Los recuerdos de ayer giran en mi jóven cabeza y me hacen latir fuerte el corazón. Tú me debes algo..., me decías mientras acercabas tus labios y me dabas aquel primer beso en donde decidí regalarte la vida y firmarte todo lo que me deparara el destino desde entonces. Así giras en mi cabeza, todo revuelto entre la noche y la lluvia y tus manos y la playa y el humo de las velas que no querías dejar escapar. Y cierro los ojos y cuando los abro, estoy nueve años más tarde y kilómetros más lejos. Y me veo en el espejo y soy otra, mi mirada ya no es la misma, me falta inocencia y un poquito de esperanza que se me quedó el la arena de ese mar. Y sé más cosas y conozco más lugares, y cuento más nombres y mis manos recuerdan más cuerpos, pero en realidad soy la misma tonta que va a perseguir sueños lejanos, la misma que viaja horas por acurrucarse entre los brazos de alguien que decida hacerme una promesa efímera pero no por eso menos real. La misma, la misma que te fue a buscar al fin del mundo sólo a cambio de unas horas y tu sonrisa que valió la eternidad completa. La misma. Después de nueve años, tristemente, sigo siendo la misma...
Hace no mucho leí un libro de esos que son nomás novelas pa' entretenerse en el aeropuerto. La verdad, nada relevante, sólo una cita que se me quedó grabadísima y que todavía hay veces, como en este preciso momento, que al leerla se me hace un nudo en la garganta. Y aunque me juzguen como la persona más tonta del mundo, debo de aceptar que para mi hay pocas citas más sinceras y ciertas que ésta:
"I heard a thousand times that a boy, or a man, can’t make you happy, that you have to be happy on your own before you can be happy with another person. All I can say is, I wish it were true."
Curtis Sittenfeld, Prep.
Hoy yo no soy feliz.
"Me parece que el muchacho está en ti, contigo, si no, pa que la molestia del hijo. Sigue procurándolo, que mientras haya reciprocidad vale la pena y atesora las ausencias tanto como los acercamientos porque te permiten no dar nada por sentado."